oír, pensar, sentir, un poco de poesía, la búsqueda del lugar donde por fin descansar

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Las palabras siguen siendo un problema para los demás. Yo sigo buscando el referente de la luz.

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Si hoy empiezo a contar, es porque algún día quiero dejar de hacerlo. La quietud todavía está lejos. Por el momento, no se me ocurre otro inicio que el cansancio.

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Beber palabras como de un manantial. La poesía como un estado del alma que trasciende los ojos. Se necesitan dos para ser. Dos ojos y dos bocas en contacto.

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El abrazo luego de una disputa: la mejor recompensa de la sangre virtual o real.

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No puedo detener al tiempo entre mis manos. Puedo, eso sí, fijarlo en un rincón de mi memoria y apagar la luz antes de que despierte el nuevo día.

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La pasión o todo el fuego que necesita el hombre para levantarse de nuevo.